domingo, 30 de octubre de 2011

¿Para bien o para mal?

costa

La década de las estrellas

Almuñécar ha pasado de tener un millar de camas hoteleras a más de seis mil. El reto ahora es abrir mercados y mejorar la promoción para lograr llenarlas

29.10.11 - 01:23 -



El destino turístico Costa Tropical está de aniversario. En este mes de octubre se cumplen diez años del auténtico "boom turístico" que supuso la apertura en Almuñécar de los tres grandes hoteles -el Bahía Tropical, el Meliá Almuñécar (actual Almuñécar Playa) y el Victoria Playa- que revolucionaron la oferta, cambiaron el rumbo del destino al provocar la llegada de miles de nuevos clientes y sirvieron de locomotora para la creación de la moderna planta hotelera actual.
Hasta los años Noventa del pasado siglo, los veraneantes que no tenían residencia propia en Almuñécar sólo podían alojarse en los hoteles Albaycín del Mar, Los Fenicios y los apartamentos turísticos Chinasol y Góndolas, al margen de algún que otro hostal. La apertura del Hotel Helios, en la playa de San Cristóbal, supuso el primer gran hito hotelero. Corría 1989 y el hotel sólo tenía tres estrellas pero marcó época y abrió el camino. El Helios funcionó tan bien que las grandes cadenas hoteleras pusieron sus ojos en Almuñécar, la niña bonita de la Costa, apenas explotada turísticamente hasta entonces.
Almuñécar se convirtió así en objetivo de las grandes cadenas hoteleras y se produjo el gran salto. El año 2001 marcó un antes y un después en la historia del turismo de la Costa Tropical. Entre julio y octubre de aquel año se abrieron las puertas del Hotel Bahía Tropical, en la playa de El Pozuelo, del Victoria Playa y del Meliá Almuñécar (actual Almuñécar Playa), en San Cristóbal. Las 1.200 nuevas camas que sumaban los tres establecimientos duplicaron las plazas turísticas de Almuñécar, que hasta entonces rondaban el millar.
No fue solo un salto de cantidad sino de calidad, ya que la Costa Tropical, que hasta entonces sólo contaba con las tres estrellas del Helios, se estrenaba en la categoría de cuatro estrellas. Una auténtica revolución turística que obligó a idear nuevas fórmulas de promoción para comercializar la ampliada oferta. En palabras de los profesionales del sector, se creó destino.
Y por supuesto, riqueza. Más de doscientas personas lograron un puesto de trabajo directo en los tres nuevos hoteles. Y a éstos hay que añadirles los generados por la industria auxiliar local que floreció al calor de los tres nuevos hoteles. «Se creó riqueza como nunca antes otras empresas habían creado en Almuñécar. En principio había miedo a que no hubiera gente para llenar los hoteles, sin embargo los índices de ocupación fueron altísimos. Además se generó un efecto llamada y en este tiempo otros nuevos hoteles han ido abriendo sus puertas», valora, diez años después, el director del hotel Victoria Playa, José Andrés Fernández. Personalmente, para Fernández, la apertura del Hotel Victoria Playa, promovido por su familia, fue un auténtico reto. «El nuevo establecimiento supuso un salto tremendo porque empezamos a trabajar en otra dimensión. Fue difícil, mi familia realizó una inversión de gran calado, pero gracias a un producto de calidad y los canales de comercialización abiertos hoy está plenamente consolidado. El hotel ha ido mejorando día a día. Sencillamente hemos creído en el producto y en el destino», apunta.
Y en 2008, llegó la crisis
También el secretario de la Asociación de Hoteleros de la Costa Tropical y director del Hotel Helios, Rafael Lamelas, destaca la riqueza que generaron los tres hoteles abiertos en 2001 y cómo atraídos por su oferta laboral llegaron muchos trabajadores de Jaén y del interior de Granada que ya se han quedado a vivir en Almuñécar.
Los nuevos grandes hoteles hicieron crecer el flujo turístico y fomentaron la llegada de más hoteles. En la última década, se ha pasado de un millar de plazas turísticas a más de 6.000 tan sólo en el municipio de Almuñécar, según fuentes de la Asociación de Hoteleros de la Costa Tropical. Además la apertura de hoteles ha corrido paralela al desarrollo de un Plan de Excelencia Turística en Almuñécar, así como al florecimiento de una industria de ocio que ha hecho reclamar al sector la declaración de Municipio Turístico, reconocimiento que por fin ha llegado este año.
«Para hacer destino necesitábamos una planta hotelera así. Ahora hay destino pero nos hemos topado con la crisis», resume Rafael Lamelas. A nadie se le escapa que, ahora que Almuñécar puede presumir de planta hotelera el reto es llenarla. «Hasta 2007 había para todos. Se vivieron años muy buenos y 2007 fue récord. Pero a partir de 2008 todos estamos notando la crisis, ahora hay muchos dientes de sierra en la ocupación y es necesario un mayor esfuerzo de empresarios y administraciones para promocionar el destino», apunta Lamelas.
Remar juntos
La propia alcaldesa de Almuñécar, Trinidad Herrera (PP) coincide en el análisis: «La apertura de nuevas camas hizo que Almuñécar se diese a conocer y explotase como destino turístico. Almuñécar tiene las mejores instalaciones hoteleras en muchos kilómetros de costa, pero ahora necesitamos llenarlas. En mi opinión debemos cambiar los puntos de promoción para abrir nuevos mercados».
Superar la estacionalidad propia de un destino de sol y playa sigue siendo el gran reto. Los hoteleros saben bien que «desde San Juan hasta San Miguel» (de junio a octubre) pueden vivir del turista nacional mientras que la clave, el resto del año, es atraer al cliente extranjero para no tener que trabajar con la Operación Imserso, poco rentable económicamente para los establecimientos.
Los hoteles luchan por crear una demanda constante de clientes que pueda absorber tanta oferta. Y conocen la receta para hacerlo: promoción y apertura de nuevos mercados. Con nuevos establecimientos en camino, entre ellos un siete estrellas, hay una pregunta que planea sobre el sector en estos tiempos de crisis: ¿Hay espacio para más hoteles? La contesta Rafael Lamelas: «Los nuevos hoteles son bienvenidos si a la par somos capaces de promocionar el destino y para ello tenemos que remar todos, las asociaciones de comerciantes, las de taxistas, los hosteleros y por supuesto las administraciones».

martes, 25 de octubre de 2011

El fantástico éxito de Ocupa Wall Street



El movimiento Ocupa Wall Street –porque ahora es un movimiento– es el acontecimiento político más importante en Estados Unidos desde los levantamientos de 1968, de los que es descendiente, o su continuación.
Nunca sabremos con certeza por qué comenzó en Estados Unidos cuando lo hizo –y no tres días, tres meses, tres años antes o después-. Las condiciones estaban ahí: agudas penurias económicas siempre en aumento, no sólo para quienes de verdad están golpeados por la pobreza, sino también para un segmento en perpetuo crecimiento de los pobres que laboran (conocidos también como clase media); una exageración increíble (voracidad y explotación) del uno por ciento más acaudalado de la población estadunidense (Wall Street); el ejemplo de enojadas insurrecciones por todo el mundo (la primavera árabe, los indignados españoles, los estudiantes chilenos, los sindicatos de Wisconsin y una larga lista de otros). No importa en realidad qué chispa fue la que prendió el fuego. Éste comenzó.
En la Etapa Uno –los primeros días– el movimiento fue un puñado de personas audaces, casi todas jóvenes, que intentaban manifestarse. La prensa las ignoró totalmente. Algunos estúpidos capitanes de la policía pensaron que un poco de brutalidad acabaría con las manifestaciones. Fueron captados en película y la película se volvió viral en You Tube.
Eso nos trajo a la Etapa Dos –publicidad-. La prensa ya no podía ignorar por completo a los manifestantes. Así que la prensa intentó un aire de superioridad. ¿Qué sabían de la economía estos jóvenes necios e ignorantes y unas cuantas mujeres viejas? ¿Tenían algún programa positivo? ¿Estaban disciplinados? Las manifestaciones, nos dijeron, se desinflarían rápidamente. Pero con lo que no contaban la prensa ni los poderes (nunca parecen aprender) es que el tema de la protesta resonó ampliamente y muy pronto prendió. En ciudad tras ciudad, comenzaron ocupaciones semejantes. Los desempleados de 50 años comenzaron a unirse. Y también lo hicieron las celebridades. Los sindicatos también, incluido ni más ni menos que el presidente de la AFL-CIO. La prensa fuera de Estados Unidos comenzó ahora a seguir los sucesos. Cuando les preguntaron qué pedían, los manifestantes replicaron: justicia. Esta respuesta comenzó a parecer significativa a más y más gente.
Esto nos condujo a la Etapa Tres –legitimidad-. Los académicos de una cierta reputación comenzaron a sugerir que el ataque a Wall Street tenía cierta justificación. De pronto, la voz principal de la respetabilidad centrista, The New York Times, publicó un editorial el 8 de octubre en el que se afirmaba que quienes protestaban tenían de hecho un mensaje claro y prescripciones específicas de políticas públicas, y que el movimiento era algo más que un levantamiento juvenil. El periódico continuó: La inequidad extrema es el sello de una economía disfuncional, dominada por un sector financiero impulsado en gran medida por la especulación, la estafa y el respaldo gubernamental tanto como por la inversión productiva. Un lenguaje fuerte para venir de ese diario. Y luego el comité demócrata de campaña para el Congreso comenzó a circular una petición pidiendo a los militantes del partido que declararan: Estamos con las protestas de Ocupa Wall Street.
El movimiento se había hecho respetable. Y con la respetabilidad vino el peligro –la Etapa Cuatro-. Un movimiento de protesta importante que ya prendió enfrenta comúnmente dos amenazas importantes. Una es la organización de significativas contramanifestaciones en las calles, de la derecha. Eric Cantor, el líder republicano en el Congreso, de línea dura y bastante astuto, ya hizo un llamado para tal efecto. Estas contramanifestaciones pueden ser bastante feroces. El movimiento Ocupa Wall Street necesita estar preparado para esto y pensar a fondo cómo va a manejar o contener esto.
Pero una segunda y mayor amenaza viene del mismo éxito del movimiento. Conforme atrae más respaldo, aumenta la diversidad de puntos de vista entre los manifestantes activos. El problema aquí es, como siempre, cómo evitar el monstruo Escila de volverse un culto amarrado que podría deshacerse debido a lo restringido de su base, y el monstruo Caribdis de ya no tener una coherencia política por volverse muy amplio. No hay una fórmula simple de cómo manejarse para evitar irse a cualquiera de esos dos extremos. Es difícil.
Y en cuanto al futuro, podría ocurrir que el movimiento vaya en aumento de su fuerza. Podría ser capaz de hacer dos cosas: forzar a una restructuración de corto plazo de lo que el gobierno haga para minimizar las obvias penurias que agudamente siente la gente, y puede conseguir una transformación de largo plazo de cómo piensan grandes segmentos de la población estadunidense acerca de las realidades de la crisis estructural del capitalismo y sobre las transformaciones geopolíticas importantes que ocurren porque ahora vivimos en un mundo multipolar.
Aun en el caso de que el movimiento Ocupa Wall Street comenzara a extinguirse, debido al desgaste o la represión, ya triunfó y dejará un legado duradero, como lo hicieron los levantamientos de 1968. Estados Unidos habrá cambiado en una dirección positiva. Y como dice el dicho: Roma no se hizo en un día.
Un sistema-mundo nuevo y mejor, un Estados Unidos nuevo y mejor, es una tarea que requiere los repetidos esfuerzos de repetidas generaciones. Pero es cierto que otro mundo es posible (si no es que inevitable). Y podemos hacer la diferencia. Ocupa Wall Street está haciendo la diferencia, una gran diferencia.
Traducción: Ramón Vera Herrera
Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2011/10/22/index.php?section=opinion&article=036a1pol
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La red capitalista que controla el mundo

La red capitalista que controla el mundo

New Scientist

Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens

Es posible que tu navegador no permita visualizar esta imagen.Las 1.318 corporaciones transnacionales que forman el núcleo de la economía. Compañías superconectadas están en rojo, compañías muy conectadas en amarillo. El tamaño del punto representa el ingreso. ((Imagen: PLoS One)
Mientras las protestas contra el poder financiero se extienden por el mundo esta semana, la ciencia parece haber confirmado los peores temores de los manifestantes. Un análisis de las relaciones entre 43.000 corporaciones transnacionales ha identificado el grupo relativamente pequeño de compañías, en su mayoría bancos, con un poder desproporcionado sobre la economía global.
Las hipótesis del estudio han atraído algunas críticas, pero analistas de sistemas complejos contactados por New Scientist dicen que es un esfuerzo singular por desenmarañar el control sobre la economía global. Si se llevara más lejos el análisis, dicen, sería posible identificar maneras de lograr que el capitalismo global sea más estable.
La idea de que unos pocos banqueros controlen un gran trozo de la economía global podrá parecer algo nuevo para el movimiento Ocupad Wall Street de Nueva York y los manifestantes en otros sitios. Pero el estudio, hecho por un trío de teóricos de sistemas complejos en el Instituto Federal de Tecnología suizo en Zúrich, es el primero que va más allá de la ideología para identificar empíricamente una semejante red de poder. Combina la matemática utilizada desde hace tiempo para modelar sistemas naturales con datos corporativos exhaustivos para catalogar la propiedad entre las corporaciones transnacionales del mundo (TNCs, por sus siglas en inglés).
“La realidad es muy compleja, debemos separarnos del dogma, sean teorías de la conspiración o libre mercado”, dice James Glattfelder. “Nuestro análisis se basa en la realidad”.
Estudios anteriores han establecido que unas pocas TNCs poseen grandes segmentos de la economía global, pero incluían solo una cantidad limitada de compañías y omitían propiedades indirectas, por lo cual no podían decir de qué manera esto afecta a la economía global, si la hace más o menos estable, por ejemplo.
El equipo de Zúrich puede hacerlo. De Orbis, 2007, una base de datos que enumera 37 millones de compañías e inversionistas de todo el mundo, extrajo todas las 43.060 TNCs y las propiedades de acciones que las vinculan. Luego construyó un modelo de qué compañías controlaban a otras mediante redes de propiedad de acciones, combinado con los ingresos operativos de cada compañía, para representar la estructura del poder económico.
El trabajo, que será publicado en PLoS One, reveló un núcleo de 1.318 compañías con propiedades entrelazadas (vea imagen). Cada una de las 1.318 tenía vínculos con dos o más compañías diferentes, y en promedio estaban conectadas con 20. Lo que es más, aunque representaban un 20% de los ingresos operativos globales, las 1.318 parecían ser dueñas colectivamente a través de sus acciones de la mayoría de las grandes firmas más rentables y manufactureras del mundo –la economía “real”– que representa otro 60% de los ingresos globales.
Cuando el equipo desenmarañó aun más la red de propiedad, descubrió que gran parte provenía de una “súper-entidad” de 147 compañías aún más estrechamente entrelazadas –toda su propiedad en manos de otros miembros de la super-entidad- que controlan un 40% de la riqueza total de la red. “En efecto, menos de 1% de las compañías era capaz de controlar un 40% de toda la red”, dice Glattfelder. En su mayoría eran instituciones financieras. Las 20 superiores incluyen a Barclays Bank, JPMorgan Chase & Co, y The Goldman Sachs Group.
John Driffill de la Universidad de Londres, experto en macroeconomía, dice que el valor del análisis no consiste solo en ver si un pequeño grupo de personas controla la economía global, sino más bien su perspectiva sobre la estabilidad económica.
La concentración del poder no es buena o mala en sí, dice el equipo de Zúrich, pero las estrechas interconexiones del núcleo podrían serlo. Como el mundo vio en 2008, tales redes son inestables. “Si una [compañía] sufre problemas”, dice Glattfelder, “eso se propaga”.
“Es desconcertante ver hasta qué punto las cosas están conectadas”, aprueba George Sugihara de la Scripps Institution of Oceanography en La Jolla, California, experto en sistemas complejos que ha asesorado al Deutsche Bank.
Yaneer Bar-Yam, jefe del New England Complex Systems Institute (NECSI), advierte de que el análisis asume que la propiedad equivale a control, lo que no es siempre cierto. Muchas de las acciones de las compañías están en manos de administradores de fondos que pueden o no controlar lo que hacen en realidad las compañías que poseen parcialmente. El impacto de esto en la conducta del sistema, dice, requiere más análisis.
Crucialmente, al identificar la arquitectura del poder económico global, los analistas podrían ayudar a hacerlo más estable. Al descubrir los aspectos vulnerables del sistema, los economistas pueden sugerir medidas para evitar que futuros colapsos se propaguen por toda la economía. Glattfelder dice que podríamos necesitar reglas anti-trust globales, que ahora existen solo a nivel nacional, para limitar la sobre-conexión entre TNCs. Sugihara dice que el análisis sugiere una posible solución: las firmas podrían ser gravadas por excesivas interconectividad para disminuir ese riesgo.
Una cosa no es compatible con algunas de las afirmaciones de los manifestantes: es poco probable que la super-entidad sea el resultado intencional de una conspiración para gobernar el mundo. “Semejantes estructuras son de naturaleza común”, dice Sugihara.
Los recién llegados a cualquier red se conectan preferencialmente a miembros altamente conectados. Las TNCs compran acciones las unas de las otras por motivos empresariales, no por dominar el mundo. Si la capacidad de ser conectado aglomera, lo mismo sucede con la riqueza, dice Dan Braha de NECSI: en modelos similares, el dinero fluye hacia los miembros con mayores conexiones. El estudio de Zúrich, dice Sugihara, “constituye una fuerte evidencia de que las reglas simples que rigen a las TNCs conducen espontáneamente a grupos altamente conectados”. O como dice Braha: “la afirmación de Ocupad Wall Street de que 1% de la gente tiene la mayor parte de la riqueza refleja una fase lógica de la auto-organización de la economía”.
Por lo tanto, es posible que la super-entidad no sea el resultado de una conspiración. La verdadera pregunta, dice el equipo de Zúrich, es si puede ejercer un poder político concertado. Driffil piensa que 147 son demasiados para sustentar una colusión. Braha sospecha que competirán en el mercado pero actuarán juntas por intereses comunes. La resistencia a cambios a la estructura de la red puede ser un semejante interés común.
Las máximas 50 de las 147 compañías súper-conectadas:
1. Barclays plc
2. Capital Group Companies Inc
3. FMR Corporation
4. AXA
5. State Street Corporation
6. JP Morgan Chase & Co
7. Legal & General Group plc
8. Vanguard Group Inc
9. UBS AG
10. Merrill Lynch & Co Inc
11. Wellington Management Co LLP
12. Deutsche Bank AG
13. Franklin Resources Inc
14. Credit Suisse Group
15. Walton Enterprises LLC
16. Bank of New York Mellon Corp
17. Natixis
18. Goldman Sachs Group Inc
19. T Rowe Price Group Inc
20. Legg Mason Inc
21. Morgan Stanley
22. Mitsubishi UFJ Financial Group Inc
23. Northern Trust Corporation
24. Société Générale
25. Bank of America Corporation
26. Lloyds TSB Group plc
27. Invesco plc
28. Allianz SE 29. TIAA
30. Old Mutual Public Limited Company
31. Aviva plc
32. Schroders plc
33. Dodge & Cox
34. Lehman Brothers Holdings Inc*
35. Sun Life Financial Inc
36. Standard Life plc
37. CNCE
38. Nomura Holdings Inc
39. The Depository Trust Company
40. Massachusetts Mutual Life Insurance
41. ING Groep NV
42. Brandes Investment Partners LP
43. Unicredito Italiano SPA
44. Deposit Insurance Corporation of Japan
45. Vereniging Aegon
46. BNP Paribas
47. Affiliated Managers Group Inc
48. Resona Holdings Inc
49. Capital Group International Inc
50. China Petrochemical Group Company
* Lehman todavía existía en la base de datos de 2007 utilizada.
Fuente: http://www.newscientist.com/article/mg21228354.500-revealed--the-capitalist-network-that-runs-the-world.html 
rCR

domingo, 23 de octubre de 2011

MANIFIESTO DEMOCRACIA REAL YA!

MANIFIESTO “DEMOCRACIA REAL YA”:
Somos personas normales y corrientes. Somos como tú: gente que se levanta por las mañanas para estudiar, para trabajar o para buscar trabajo, gente que tiene familia y amigos. Gente que trabaja duro todos los días para vivir y dar un futuro mejor a los que nos rodean.
Unos nos consideramos más progresistas, otros más conservadores. Unos creyentes, otros no. Unos tenemos ideologías bien definidas, otros nos consideramos apolíticos… Pero todos estamos preocupados e indignados por el panorama político, económico y social que vemos a nuestro alrededor. Por la corrupción de los políticos, empresarios, banqueros… Por la indefensión del ciudadano de a pie.
Esta situación nos hace daño a todos diariamente. Pero si todos nos unimos, podemos cambiarla. Es hora de ponerse en movimiento, hora de construir entre todos una sociedad mejor. Por ello sostenemos firmemente lo siguiente:
  • Las prioridades de toda sociedad avanzada han de ser la igualdad, el progreso, la solidaridad, el libre acceso a la cultura, la sostenibilidad ecológica y el desarrollo, el bienestar y la felicidad de las personas.
  • Existen unos derechos básicos que deberían estar cubiertos en estas sociedades: derecho a la vivienda, al trabajo, a la cultura, a la salud, a la educación, a la participación política, al libre desarrollo personal, y derecho al consumo de los bienes necesarios para una vida sana y feliz.
  • El actual funcionamiento de nuestro sistema económico y gubernamental no atiende a estas prioridades y es un obstáculo para el progreso de la humanidad.
  • La democracia parte del pueblo (demos=pueblo; cracia=gobierno) así que el gobierno debe ser del pueblo. Sin embargo, en este país la mayor parte de la clase política ni siquiera nos escucha. Sus funciones deberían ser la de llevar nuestra voz a las instituciones, facilitando la participación política ciudadana mediante cauces directos y procurando el mayor beneficio para el grueso de la sociedad, no la de enriquecerse y medrar a nuestra costa, atendiendo tan sólo a los dictados de los grandes poderes económicos y aferrándose al poder a través de una dictadura partitocrática encabezada por las inamovibles siglas del PPSOE.
  • El ansia y acumulación de poder en unos pocos genera desigualdad, crispación e injusticia, lo cual conduce a la violencia, que rechazamos. El obsoleto y antinatural modelo económico vigente bloquea la maquinaria social en una espiral que se consume a sí misma enriqueciendo a unos pocos y sumiendo en la pobreza y la escasez al resto. Hasta el colapso.
  • La voluntad y fin del sistema es la acumulación de dinero, primándola por encima de la eficacia y el bienestar de la sociedad. Despilfarrando recursos, destruyendo el planeta, generando desempleo y consumidores infelices.
  • Los ciudadanos formamos parte del engranaje de una máquina destinada a enriquecer a una minoría que no sabe ni de nuestras necesidades. Somos anónimos, pero sin nosotros nada de esto existiría, pues nosotros movemos el mundo.
  • Si como sociedad aprendemos a no fiar nuestro futuro a una abstracta rentabilidad económica que nunca redunda en beneficio de la mayoría, podremos eliminar los abusos y carencias que todos sufrimos.
  • Es necesaria una Revolución Ética. Hemos puesto el dinero por encima del Ser Humano y tenemos que ponerlo a nuestro servicio. Somos personas, no productos del mercado. No soy sólo lo que compro, por qué lo compro y a quién se lo compro.

Por todo lo anterior, estoy indignado.
Creo que puedo cambiarlo.
Creo que puedo ayudar.
Sé que unidos podemos.
Sal con nosotros. Es tu derecho.